acá tuyo nada más dejaste el reflejo opaco del silencio de un punto y coma pegadito al margen. profundo como cuando los ojos escarban las horas. el suspiro que anticipa que no viene más que quizá algún entrecerrar de párpados y almas, fugaz e inquieto. acá mío están los pares de manos que sostienen todo lo que dicen las perfectas paralelas que te enmudan. acá nuestro el abismo del vacío. embriagador y contundentemente leve. abismo que nos mira desde el borde: nuestros silencios hablan hasta dejarnos mudos.
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